La masonería comprende tres periodos convencionales: la masonería operativa (que es la que estudiaremos) que abarca los siglos XIII a XVI, la masonería de los aceptados, que abarca el siglo XVII y la masonería especulativa, que comprende desde el siglo XVIII (1717) hasta nuestros días. Por un lado nos encontramos con la masonería operativa o de oficio, gremio de canteros que, sobre todo, construían catedrales góticas. Se trataba de un gremio muy cerrado, por los conocimientos que manejaba sobre el levantamiento de catedrales y por los códigos de comunicación que empleaban sus miembros. Con el devenir de los tiempos, estas construcciones góticas proporcionaron algún tipo de conocimiento iniciático. Cuando las logias operativas empezaron a perder fuerza y poder, como es evidente por la disminución de trabajo y para poder sustentarse, empezaron a permitir el ingreso en las mismas a personas que no tenían ningún conocimiento de la construcción: miembros de la realeza, de la nobleza, de la banca, de las profesiones libres y del comercio. Esta etapa se le llamó de los masones aceptados, la cual no trataremos aquí.
Masonería operativa:
El origen de la masonería cuenta con las más diversas versiones; desde los egipcios y los famosos constructores de pirámides con el arquitecto Imhotep como ejemplo; los babilónicos, los cuales aparecen mencionados en el Código Hammurabi y los romanos con sus Collegia Fabrorum. Pero las tres versiones que gozan de mayor crédito son: la que atribuye los origenes de la masonería a los templarios, la que se atribuye su fundación a los judíos y la que se supone nació de los gremios y de las guildas. Pero es esta última, la de la guilda y gremios de trabajadores, la que cobra más fuerza. El arte de construir en estilo románico, durante los siglos XI y XII, fue ejercido principalmente por los monjes, a cuya iniciativa se debieron los edificios religiosos. Los benedictinos primero y después los monjes de Citeaux en Francia, fueron los que más se ocuparon en el arte de construir, por lo que recibieron los calificativos de Caementaerii y Latimii Massonerii. Al lado de los monjes arquitectos aparecieron los arquitectos laicos. La construcción de grandes catedrales hicieron convivir por largo tiempo a numerosos obreros y artistas, hizo que se establecieran entre ellos estrechas relaciones, que dieron origen a corporaciones en las que existía una verdadera jerarquía (aprendices, compañeros, maestros) y subordinación, y para cuya organización sirvieron de modelo los Collegia Fabrorum de los romanos y las asociaciones de los germanos. Los maestros de obras alemanes, al descubrir el estilo gótico, procuraron conservar el secreto de su construcción, enseñándolo solamente a ciertos albañiles (en francés maçons) en los talleres que en forma de barracas de tablas se levantaban para trabajar a cubierto alrededor de los edificios en construcción.
En la Edad Media, desde el siglo XIII al XV, en Inglaterra, Francia y Europa central, la mayoría de la población estaba compuesta de siervos que trabajaban las tierras de sus señores feudales y nunca viajaban más allá de su villa natal. En los pueblos, los artesanos hacían cosas, que los comerciantes compraban y vendían. los tejedores hacían paños, los orfebres anillos y joyas y, los carpinteros construían casas de madera para los habitantes locales. Pero los masones eran distintos. Trabajaban la piedra, y eran muy pocos los edificios hechos así, solo los castillos del rey, y de aquellos nobles a quien este había dado permiso de castillar, así como las catedrales, abadías y parroquias. Por lo tanto los únicos que podían dar empleo a los masones era el rey, algunos de sus nobles y la Iglesia.
La construcción de catedrales proporcionaba bastantes oportunidades de trabajo para los masones. La obra requería mucha mano de obra tanto calificada como no calificada. Se necesitaban trabajadores inexpertos que despejaran los escombros para construir los cimientos, y que cargaran las piedras y el mortero hasta el sitio de la obra. En Francia, entre 1050 y 1350, se construyeron ochenta catedrales, quinientas grandes iglesias e innumerables parroquias las cuales algunas de ellas tardaban en construirse más de cien años.
Las reglamentaciones francesas de 1268 para la construcción de catedrales, establecía que "los masones, fabricantes de morteros y yeseros pueden tener tantos asistentes y criados como les plazca, siempre que no les enseñen nada de su oficio".
Muchos siervos aprovechaban la oportunidad de escaparse de las tierras donde se veían obligados a trabajar para sus amos y se dirigían a una ciudad donde se estaba construyendo una catedral, sabiendo que si hasta un año y un día después su amo no volvía a capturarlos, estaban libres de la servidumbre. Algunos nobles y caballeros se ofrecían como voluntarios para realizar el trabajo no calificado como obra de piedad. En ciertos sitios, los Sábados Santos se obligaba a los judíos a realizar este trabajo como penitencia.
Los masones eran trabajadores calificados. Había dos clases de masones: los picapedreros o masones rústicos, que eran los encargados de trabajar la piedra dura común para realizar los sillares y los masones más diestros que tallaban las bellas portadas de la catedral. Trabajaban una piedra más blanda y terrosa. Esta piedra era conocida como piedra libre o franca y los masones expertos en trabajarla pasaron a denominarse masones de piedra franca, o albañiles libertos más conocidos como francmasones.
Cerca del sitio en el que trabajaban, erigían una choza a la que llamaban lodge que después derivó en Logia. Estas posadas estaban vedadas a los curiosos o intrusos, tenían el suelo de yeso para dibujar en ellos los proyectos. Aquí guardaban las herramientas, tenían mesas, escuadras, compases. Vistiendo el delantal, planeaban magnificas catedrales que aun hoy asombran a la humanidad. Se dice que cuando el mal tiempo obligaba a celebrar alguna reunión o tenida en este lugar, el que fuera sorprendido en su interior sin ser iniciado, era colocado debajo de un canalón hasta que el agua le saliese por los zapatos, de donde viene la conocida frase llueve sobre mojado. El gremio de los albañiles (masones) era uno de los más apreciados y disciplinados. Alcanzar el puesto de maestro albañil significaba convertirse en un personaje distinguido, respetado por las jerarquías eclesiásticas y por los nobles.
Alcanzaron un status social muy alto, superior en relación al de los otros oficios, y este oficio de constructor se consideró como una profesión liberal, casi artística y con un carácter sagrado. Los secretos de las corporaciones medievales estaban motivados por el peligro de lo que hoy se denomina espionaje industrial. Mantener oculta la técnica que permitía la estabilidad de los arcos y de los arbotantes o la filigrana de los rosetones, por ejemplo, garantizaba tener trabajo. Estos obreros especializados empleaban una terminología de palabras, signos y tocamientos que se debió a la necesidad de distinguir a los miembro auténticos de los que no lo eran. Como el analfabetismo era casi general, se inventaron santo y señas; por ejemplo, llevarse la mano derecha, abierta, a la garganta y después al hombro derecho, era sinónimo de masonería.
La Europa del medievo era una sociedad eminentemente disciplinada y regulada. También la vida de los masones lo estaba. Sus deberes estaban establecidos en directivas de los gremios que los contrataban, y se conocían como Cargas. La primera de ellas era la obligación del masón hacia Dios. La segunda era la obligación hacia el rey, cuya soberanía y leyes debía obedecer y la tercera era la obligación hacia el maestro, el empleador, y el maestro masón para el cual trabajaba el aprendiz de masón. Las más importantes eran:
- No debía traicionar los secretos de su maestro.
- No debía seducir a la mujer, hija o ama de llaves de su maestro.
- No debía sostener ninguna discusión desobediente con su maestro, la dama de este o un fracmasón.
- No cometer adulterio ni fornicación.
- No salir después de las ocho de la tarde.
- No frecuentar posadas ni burdeles.
- No jugar a los naipes salvo durante los Doce Días de Navidad.
El salario y horario de los masones, había sido establecido en el Estatuto de los Trabajadores que fueron redactados después que, en 1348, una serie de epidemias (Muerte Negra) asolara Europa Occidental. El resultado fue una escasez de mano de obra que incremento el poder de negociación de los sobrevivientes. La Cámara de los Lores y Comunes, dictó leyes, los llamados (Antiguos Deberes) que no establecían un salario mínimo sino uno máximo, y era ilegal que los trabajadores recibieran una paga superior a la fijada. De hecho las multas por el incumplimiento de esta ley era el equivalente al sueldo de unos seis meses. Por lo general, y debido a la falta de personal por la circunstancia mencionada frecuentemente era incumplida.
En cuanto a la retribución que percibía un masón por cada día de catorce horas de trabajo en verano, de cinco de la mañana a siete de la tarde, con intervalos de dos horas en total para las comidas y el descanso, consistía por ejemplo en Inglaterra en seis peniques diarios. En invierno, el día de trabajo se extendía desde el amanecer hasta la media hora antes de la puerta del sol.
En Francia, al igual que en Inglaterra, los masones, en especial aquellos que realizaban las tallas ornamentales en piedra franca, formaron una organización que no tenía paralelo en Inglaterra, la Compagnonnag. Los compagnons (compañeros) recibían a trabajadores de casi todos los oficios. Desarrollaban su trabajo en el centro y sur de Europa y en Francia actuaban en el área de París. Intentaban realizar negociaciones en representación de los trabajadores de los diferentes oficios y fueron el equivalente medieval más cercano a una moderna confederación de sindicatos. Los reyes y gobiernos de Francia no aprobaban esta situación. Tras varios intentos por declararlo ilegal, un estatuto de 1601 prohibía que los compagnons se saludaran mutuamente en la calle o que más de tres fueran juntos a una taberna. Pero los compagnons no dejaron de trabajar en la clandestinidad defendiendo los intereses de sus miembros.
En algunos lugares de Europa, como por ejemplo en Escocia, los masones de piedra franca trataron de fortalecer su posición mediante el uso de una contraseña que era trasmitida a todos los maestros masones calificados, y a la que ni los aprendices ni ninguna otra persona tenía acceso. Esto permitía que los maestros masones se reconocieran entre si y evitaba, en la medida de lo posible, que los aprendices ingresados realizaran las tareas de un maestro. La palabra clave se hizo conocida como la palabra masónica y es posible que fuera Mohabyn, que tiene relación con la palabra marrow y que significa compañero o camarada y que se cree fue iniciada como palabra masónica en 1550.
Aunque los masones eran conscientes que sus sindicatos eran ilegales, sin embargo cumplían con sus obligaciones religiosas. Era cosa frecuente entre los gremios medievales, como también ocurre actualmente, honrar a quienes ellos consideraban sus protectores con fiestas solemnes. Los de los albañiles medievales, es decir, los de la masonería, eran y son San Juan Bautista y San Juan Evangelista, a quienes ellos llamaban San Juan de Verano y San Juan de Invierno, respectivamente, y cuyas fiestas se celebran el 24 de junio y el 27 de diciembre, coincidiendo con los solsticios de verano e invierno. También reverenciaban a Santa Barbara, que les protegía contra el rayo, y a los Cuatro Mártires Coronados. Fueron los mártires Siverio, Siveriano, Corpofón y Victoriano, que por orden de Diocleciano fueron golpeados hasta la muerte con azotes armados con bolas de plomo. Como por aquel entonces no se llegaron a conocer sus nombres fueron asociados a cinco mártires escultores: Castor, Nicóstrato, Sinforiano, Claudio y Simplicio, que murieron por rehusar esculpir el ídolo que había encargado Diocleciano, y que murieron en parecidas circunstancias en el año 287. Cuando se supieron más tarde sus nombres, la costumbre continuo dándoles esa denominación, pero fueron representados con las herramientas de escultores de los otros mártires. Su fiesta se celebra el 8 de noviembre.
El final del gótico y de las catedrales dejó sin trabajo a los tallistas, y la aparición en Italia de libros sobre el arte de la arquitectura quitó todo el valor a las formulas y técnicas secretas de los freemasons. También influyó mucho en la desaparición de la masonería operativa la Reforma luterana y calvinista, en especial la separación anglicana de Roma, ya que masonería y catolicismo estaban perfectamente coordinados en la Edad Media. Fue a partir de esos momentos cuando las logias empezaron a admitir miembros sin directa relación con la construcción; los llamados aceptados.
La masonería operativa comprendía tres grados esenciales: aprendiz, compañero y maestro. En el siglo XII se formó el gremio o guildas de constructores. Para ser aceptado en una guilda, un niño debía haber cumplido once o doce años, la entrada era más fácil si tenía un pariente perteneciente al gremio. Una vez aceptado el aspirante comenzaba un aprendizaje de un mínimo de cinco años con un maestro cortador de piedra quién le proporcionaba además de entrenamiento en el oficio, alojamiento y comida, los aprendices con un sentido artístico eran estimulados a ser talladores o escultores en piedra lo que significaba un pago adicional ya fuera en dinero, comida o en raciones de vino. El delantal del aprendiz estaba hecho con piel de cordero, blanca, símbolo de inocencia, y debía llevar el reborde levantado (pues no sabía todavía trabajar) a fin de protegerse.
Los aprendices que habían completado su entrenamiento pasaban a ser oficiales o compañeros y podían ejercer el oficio en otras ciudades con otros maestros, teniendo la posibilidad de elegir su trabajo y aspirar a mejores sueldos. El compañero, se podría decir alegóricamente que es el obrero cualificado. Mientras el aprendiz trabaja con el reborde de su delantal levantado, pues todavía estaba en fase de aprender el oficio, el compañero llevaba un delantal cuyo reborde estaba bajo (sin levantar).
Un oficial que ya había adquirido suficiente experiencia podía aspirar a ser un maestro, para lo cual debía pasar un rígido examen ante los miembros de la guilda a los cuales presentaba una obra maestra para poder ser aceptados. El nuevo maestro podía establecerse por su cuenta y tomar aprendices completándose así el ciclo.
Al realizar una construcción importante, toda la organización del trabajo estaba a cargo de un maestro masón, que funcionaba en múltiples funciones: arquitecto, administrador, contratista y supervisor técnico. Él diseñaba los moldes o plantillas usados para cortar las piedras para los intrincados diseños de puertas, ventanas, arcos y bóvedas. Él diseñaba por si mismo el edificio, usualmente copiando sus elementos de edificios en los que trabajó anteriormente, dibujando generalmente sus planos en pergaminos. Como administrador llevaba las cuentas, contrataba y despedía al personal y se preocupaba de conseguir los materiales. Como supervisor el estaba siempre presente en la obra para tomar las decisiones cuando era necesario, en los grandes proyectos era asistido por maestros de menor rango.
La escuela masónica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el más extendido e influyente en el mundo, tiene 33 grados, que no se establecieron de una vez sino que fueron apareciendo en épocas diferentes como pensamientos e ideas que iban gradualmente desarrollándose. El numero de estos varia según los sistemas o Ritos (el Rito Escocés Rectificado tiene 7; el Rito de Memphis y Misraim llega hasta 99). Los tradicionales, que constituyen la base o esencia de la masonería, existen desde un principio y lo tienen todas las logias cualquiera que sea su rito. Son los tres primeros: aprendiz, compañero y maestro.
Estos 33 grados se dividen en: simbólicos, que son los tres primeros y forman la que se ha llamado masonería azul; capitulares, que comprenden desde el 4º al 18º inclusive y forman la masonería roja; filosóficos o consejiles desde el 19º al 30º inclusive, constituyendo la masonería negra y, sublime que son los tres últimos e integran la masonería blanca, formada por los jefes supremos. Los masones se reúnen en grupos que toman el nombre genérico de talleres. Los consagrados a los tres primeros grados reciben el nombre de Logias; los correspondientes a los grados capitulares se denominan Capítulos y los relativos a los grados filosóficos llevan el nombre de Consejos. Sin embargo, el nombre de Logias suele aplicarse a los distintos talleres. El poder ejecutivo lo ejerce el Gran Consejo de la orden, compuesto de 32 miembros y 10 suplentes elegidos por la Asamblea General cuyo mandato es de cuatro años.
Masones del Rito Escocés haciendo las posturas correspondientes a su grado (ver emblemas)Las Logias son independientes entre si y cada una lo es en su administración, pero dependen de cuerpos centrales llamados Logias Capitulares y Grandes Logias provinciales, y estas a su vez de altos cuerpos masónicos denominados Grandes Orientes, los cuales son también independientes entre si. Por regla general, cada Logia tiene como funcionarios: un Venerable o Presidente que debe tener treinta años y formar parte de la misma Logia como miembro activo con un año de anticipación; dos Vigilantes, dos Expertos, un Guarda interior, otro exterior, un Maestro de Ceremonias, un Orador, un Tesorero, un Hospitalario, un Guardasellos, y un Secretario. En general se necesita ser miembro activo para desempeñar cargos y estos son obligatorios, temporales, honoríficos y gratuitos; las elecciones tienen lugar anualmente, y en ella solo pueden tomar parte los miembros activos. Los apartados o retirados de la masonería de denominan durmientes.
Simbolos:
El simbolismo juega un papel muy importante en la francmasonería, además del sentido que encierran y que se explican a los adeptos en las sucesivas iniciaciones tienen el objeto que los masones puedan reconocerse entre sí en cualquier punto en que se encuentren. Los más importantes son:
:: El delta luminoso :: Es un triángulo equilátero en cuyo interior se encuentra un ojo. Es el símbolo de la divinidad, de la sabiduría divina y de la luz. El delta luminoso está colocado por encima del Venerable, hacia Occidente. El ojo simboliza la luz, la inteligencia, la visión total. El triángulo es trinidad: Sol-Azufre-Mercurio (principios de la Obra); Pasado-Presente-Futuro; Nacimiento-Vida-Muerte. El paso de la masonería operativa a la especulativa representó asimismo el paso una albañilería material a una espiritual.
:: La estrella :: La estrella flamígera tiene una profunda significación dentro del simbolismo masónico. La estrella empleada es la pentagonal. Es el núcleo de toda irradiación luminosa. Las cinco puntas de la estrella expresan la proyección del ser humano hacia el exterior. También representan los instrumentos simbólicos de que se sirven los adeptos para su trabajo interior: la escuadra, el compás, la regla, la plomada y el nivel.
:: Las columnas Jachim y Boaz :: Estas columnas son de color rojo y blanco respectivamente, y representan la dualidad existente en el universo: la luz y las tinieblas; la construcción y la destrucción; el bien y el mal. Hiram Abiff, arquitecto del Templo de Salomón construyo estas dos columnas.
:: La letra G :: Básicamente representa el Macrocosmo, el Gran Arquitecto de Dios. Es la G de God (Dios en ingles); de Gad (Dios en sirio); de Gott (Dios en alemán). Es la G de geometría, gravitación, genio y gnosis.
:: La escuadra :: Es el símbolo de la rectitud masónica. El aprendiz lo usa como signo del Grado y en cada uno de los pasos de su marcha, para recordar el deber que tiene el masón de que sus actos se ajusten a la rectitud. Constituye también la joya del Venerable Maestro, el cual está más obligado que los restantes miembros de la Logia a ser recto e imparcial en sus juicios y moral en sus costumbres, para dar ejemplo a los obreros de su Taller.
:: El compás :: Tiene para la masonería una significación filosófica basada en la perfecta solidaridad. En efecto: siendo el círculo la primera figura curvilínea plana, cerrada y perfecta, como el triángulo equilátero es la primera figura rectilínea perfecta, y estando el círculo determinado por la rotación de una de las puntas del compás alrededor de la otra como centro; considerando que este centro simboliza al masón, equidistará de todos los puntos de la circunferencia, que simbolizan a los hombres, y como todos estos puntos gozan de las mismas propiedades, todos los seres que componen la Humanidad tienen los mismos derechos; y a todos debe llevar el masón, colocado en el centro de la Humanidad, la luz de la verdad, los beneficios de la ciencia y el ejemplo de las virtudes.
:: El mazo :: Representa la voluntad con la que el aprendiz golpeará y expulsará todos los aspectos psicológicos que han formado su personalidad individual: sueños, emociones, cargas, apegos, ilusiones, deben ser transformados en Voluntad Universal. Es la fuerza y la energía del mazo la que golpea todos estos aspectos individuales en un ejercicio de certeza y de rigor. El mazo expulsa con voluntad y fuerza de la piedra las cuestiones individuales y el cincel reintegra con discernimiento y belleza las cuestiones universales. El mazo es la virtud que enseña a resistir y soportar los infortunios con entereza.
:: El cincel :: Representa a la inteligencia con la que el aprendiz, una vez golpeadas sus asperezas individuales, empieza a moldear la piedra bruta, a través del discernimiento que separará lo sutil de lo denso y a dirigir con inteligencia la decisión de la voluntad. Para ejecutar el trabajo necesita cautela, de ahí que el simbolismo sea el del criterio y la prudencia.
:: La plomada :: La plomada o perpendicular consiste en una pieza de plomo que pende al final de un hilo, y aprovechando la fuerza de la gravedad marca la línea vertical. La proyección de ese eje dentro de sí, da al iniciado la noción de rectitud y le permite rescatar el verdadero sentido de palabras como integridad, nobleza o virilidad, que en nuestros días se han vuelto insignificantes. La auténtica virilidad es pues interna y se refiere a lo espiritual. Cuando un profano solicita su ingreso en la masonería debe ser antes aplomado, operación análoga a la que cada masón efectúa a cada momento consigo mismo, observando la distancia existente entre su centro y el centro del estado de ser; su libertad vendrá expresada por saber alejar las fuerzas centrífugas que le llevan a la dispersión y a la identificación con lo que deviene, y por un saberse sumar a las energías que le remiten al centro, la unidad entera y sin par.
:: El nivel :: El nivel es en realidad una plomada suspendida del vértice de una estructura. Su función es marcar la horizontal, pero para ello es preciso que la vertical cruce el punto medio de su base, es decir el nivel no sólo presupone la plomada, sino que la contiene y es su resultado. Es imposible saber si una recta es realmente horizontal por ella misma, puede parecerlo y estar sin embargo sesgada, inclinada hacia cualquier aspecto o tendencia particular; la única forma de verificar su horizontalidad es comprobando que la plomada la atraviesa por su punto medio, es decir por su centro, fecundándola y haciéndola por tanto generosa y bella, reflejo de la verdad.
:: El mallete :: Es el signo de la autoridad del que lo lleva, y a la vez el mazo simbólico que, con el cincel, sirve para desbastar la piedra bruta, pues esta también simboliza el alma del profano antes de ser instruido en los misterios masónicos.
:: La paleta :: Es un instrumento simbólico emblema de la tolerancia y de la indulgencia que deben de adornar al masón. Recuerda a este la obligación en que está de perdonar los defectos de sus hermanos y dulcificar sus palabras, lo mismo que el albañil usando la llana, hace desaparecer las irregularidades de las superficies, extendiendo con regularidad la mezcla que emplea para trabajar.
:: La regla de 24 divisiones :: Recuerda que la medida ha de estar también presente en todas las manifestaciones del espíritu, que han de ser ajustadas en su formulación e intensidad.
:: El mandil :: Este símbolo representa para todos los francmasones un fuerte sentimiento de afinidad entre ellos. El masónico debe ser cuadrado, con solapa (babeta) de forma triangular; con el ribete hacia abajo, únicamente deben adornarlo las alegorías y símbolos propios de las enseñanzas de cada uno de los grados en que se trabaja; de color blanco, ya que ese color es el emblema de la pureza; con una cinta azul que le permita ir suspendido a la cintura; y cuyas medidas son entre doce a catorce pulgadas de altura, por catorce a dieciséis pulgadas de largo, y la babeta con una caída de cinco a seis pulgadas. En cuanto al material de que está hecho, el cordero siempre ha sido considerado como símbolo de la inocencia. La posterior incorporación de color se debe a la masonería francesa. En cuanto a la manera de llevarlo, los aprendices masones lo deben llevar con la babeta levantada, simbolizando así el anhelo de crecer espiritualmente, con el alma apuntando a las alturas. Cuando el mandil se adhiere al cuerpo se sostiene por una cuerda, la cual forma un circulo con respecto al cuerpo, simbolizando el espíritu de Dios. El triángulo de la babeta representa el alma masónica. El cuadrado representa nuestro cuerpo (la tierra, la materia y la esencia). Uniendo estos tres significados, tenemos presente en el mandil la representación del hombre en alma, espíritu y cuerpo.
:: Calavera y tibias cruzadas :: Es un permanente recordatorio de nuestra condición mortal que da un sentido especial a cada uno de nuestros actos y simboliza la muerte mística de la iniciación espiritual.
:: El ataúd :: Simboliza la muerte mística que debe sufrir el iniciado masón para renacer en un nivel de perfeccionamiento y elevación moral. Representa la muerte del yo y se ritualiza en la ceremonia de obtención del grado de maestro.
:: Cráneo fracturado :: Siendo, como todas las calaveras, aviso de nuestra naturaleza mortal y símbolo de la muerte mística que experimenta el iniciado, remite específicamente a la muerte de Hiram Abiff, que fue asesinado de un golpe en la cabeza.
:: Damero :: La logia masónica suele tener al menos una parte de su pavimento ajedrezada en blanco y negro, simbolizando con ese enlosado la dualidad del Bien y del Mal que forma parte de la vida.
:: Escalera :: Alude a la bíblica escalera de Jacob que une la tierra con el cielo y simboliza la conciencia del hermano masón que, en su evolución, debe obtener la unión con la espiritualidad celeste. En su ascensión encontrará tres peldaños o pasos de gran importancia: la fe, la esperanza y la caridad, cuyas imágenes se representan con frecuencia unidas a la escalera.
:: Esferas terrestre y celeste :: Normalmente coronan las dos columnas del templo, J y B. Representan, respectivamente, el microcosmos y el macrocosmos, así como las relaciones que unen el arriba con el abajo.
:: Libro :: Representa el texto de la Ley Sagrada, sobre el cual el aprendiz jura cumplir sus obligaciones. En ocasiones es la Biblia, pero cada aprendiz elige libremente el libro que es sagrado para él.
:: Lewis :: Es una curiosa pieza, una argolla de metal embutida en la cara superior del sillar perfecto que permite que este bloque de piedra sea levantado con un gancho y una polea para colocarlo en su debido lugar. En la terminología masónica, se llama Lewis al hijo de un masón, aunque en ocasiones se trate de un hijo espiritual.
:: Líneas paralelas :: Representan a los santos Juan Bautista y Evangelista, cuyas fechas de celebración equidistantes, a mediados de invierno y verano respectivamente, marcan los solsticios de dichas estaciones. En los cuadros que muestran los símbolos masónicos, la escalera de la conciencia se alza entre las dos líneas paralelas trazadas en el suelo.
:: Llave :: Identifica al masón como miembro de la hermandad, ya que representa la llave de la logia. En un segundo nivel, simboliza la llave que da acceso al conocimiento y al lenguaje que lo expresa.
:: Maza :: Es el instrumento que representa la muerte mística y ritual de la ceremonia del Tercer Grado. Rememora la muerte de Hiram Abiff, asesinado de un golpe en la cabeza.Alfabeto masónico:
El alfabeto masónico es, en realidad, un sencillo sistema de sustitución conocido originariamente bajo el nombre más prosaico de pigpen alphabet o alfabeto parque de cerdos, por el trazado que semeja las vallas en que se encerraba a los gorrinos. Los masones del siglo XVIII la utilizaron abundantemente en su correspondencia, una clave que ha dado llamarse alfabeto masónico. También se utiliza habitualmente otra forma especial de escritura consistente en el uso de los tres puntos (.·.). Es en realidad una forma de abreviatura que consiste en poner las letras iniciales de las palabras seguidas de tres puntos en forma de triángulo con el vértice en la parte superior. A esta forma de abreviatura se le conoce con el nombre de ABREV:. TRIPUNTEADA. El origen de esta forma de abreviatura se desconoce, pero aparece a partir de la masonería especulativa, siendo el escrito más antiguo el del Gran Oriente de Francia fechado el 12 de agosto de 1774, para anunciar la toma de posesión de su nuevo local. Durante la masonería operativa, la transmisión de los conocimientos se hacían en forma práctica y verbal, toda vez que eran muy celosos en revelar los secretos de su arte y oficio; de ahí que no se hayan encontrado vestigios de documentación al respecto. Los tres puntos provienen del Compañonage, donde parece haber simbolizado al triángulo, éstos tres puntos simbolizan además el triquete, que era un símbolo formado por tres piernas plegadas en triángulo, tal cual lo encontramos en algunas obras de los Compañones.
Las principales reglas para el empleo de la ABREVIATURA TRIPUNTEADA son las siguientes:
.·. Basta usar la letra inicial de la palabra cuando ésta no puede ser confundida por otra.
Ej.: H.·. por Hermano
.·. Se usará la primera sílaba o las dos primeras letras cuando puede ser confundida por otra palabra
Ej.: Ap.·. por Aprendiz
.·. Para las palabras que empiecen con la misma letra, se usará la primera letra sola en representación de la voz más sancionada por el uso.
Ej.: entre las palabras Masón y Maestro, se empleará M.·. por Maestro y la sílaba Mas.·. por Masón porque el uso constante lo ha establecido así.
.·. Cuando se quiere expresar el plural de una palabra, se usa la primera letra doble.
Ej.: MM.·. por Maestros
.·. Cuando se quiere indicar el plural de una palabra que se representa por la primera sílaba o con más de una letra, se duplica la primera letra o la última.
Ej.: AAp.·. o App.·. Por Aprendices, MMas.·. o Mass.·. por Masones.
.·.Cuando se abrevien varias palabras a la vez, deben emplearse tan solo la primera letra de cada una de ellas.
Emblemas de los grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado:
www.catedralesgoticas.es